El centro de investigaciones agrarias de Mabegondo hizo un análisis sobre las ventajas agronómicas que se producen en los suelos y las mejoras nutricionales de los silos gracias al uso de leguminosas en los cultivos de invierno.
Por eso hablaremos de las ventajas y beneficios para los cultivos de invierno. Como ya sabemos, el otoño es el momento idóneo para sembrar nuevas praderas o renovar las existentes. En este caso, ya sea para pasto o para ensilado, las leguminosas son una buena opción. La implantación es mejor en primavera, además coincide con la rotación habitual en Galicia con el cultivo del maíz.
La rotación con leguminosas es una práctica realizada en Galicia por algunas ganaderías. Ya que ofrecen múltiples ventajas al obtener un forraje de calidad para el ganado, así como por los beneficios que pueden proporcionar estas especies para otras cosechas e incluso, para la salud de los suelos.
El aporte de nitrógeno es una de las principales ventajas que asegura escoger leguminosas como cultivos forrajeros. Una de las maneras en las que proporcionar un aporte de nitrógeno a los suelos es emplear las leguminosas como abono verde, es decir, enterrarlas una vez que alcanzan su ciclo.
Hay ganaderías que optan por retrasar la siembra de cultivos de invierno al mes de enero para evitar la presencia de malas hierbas. Es algo que se recomienda solo en determinados casos ya que, la implantación de las leguminosas es lenta y hace que si tenemos en el suelo un banco de malas hierbas salgan y se desarrollen antes.
Si sembramos el cultivo de invierno en enero, evitaremos esta competencia. Pero, hay que tener en cuenta que las leguminosas en general son sensibles al frío, por lo que si en la zona hay heladas es preferible no esperar. Por ello, si en la zona hay heladas en enero y febrero, se recomienda sembrar el cultivo en otoño, sin esperar a los meses de invierno.
Fuente: campogalego.es