En Galicia, la riqueza de su patrimonio natural no deja de sorprender. Recientemente, los investigadores han identificado unas veinte variedades de olivo autóctono gallego, un tesoro que promete revolucionar el sector del olivo en la región. Dos de estas variedades, la brava y la mansa, ya cuentan con la aprobación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Mientras que otras once están en proceso de registro a través de la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales.
El grupo operativo autonómico Oliveiras de Galicia ha tomado la iniciativa de aprovechar este valioso trabajo de investigación para potenciar el desarrollo del sector del olivo en la región. Su primer objetivo es desarrollar nuevas técnicas de multiplicación a gran escala de estas variedades autóctonas para satisfacer la creciente demanda en el mercado.
«Casi a diario recibimos consultas sobre la disponibilidad de plantas de olivo autóctono. Con esta investigación, podremos responder a esta demanda. Aunque requerirá tiempo para realizar los ensayos necesarios», explica Carmen Martínez, jefa del grupo Viticultura, Olivo y Rosa (VOR) de la Misión Biológica de Galicia.
El proyecto, liderado por la Fundación Juana de Vega y con la participación de diversas instituciones y empresas locales. Busca optimizar técnicas de multiplicación mediante estaquillado clásico y micro estaquillado in vitro. El objetivo es proveer a los viveros de plantas de olivo eficientes y sostenibles que cubran la alta demanda de los agricultores gallegos.
Además de acelerar los tiempos de producción, la micropropagación in vitro permitirá obtener un gran número de ejemplares. Mientras que se investigarán nuevas hormonas para favorecer el enraizamiento de las plantas en el estaquillado clásico. Estos avances no solo facilitarán el acceso a plantas adaptadas al clima y suelo gallegos, sino que también contribuirán a la obtención de aceitunas y aceites de calidad diferenciada.
El impulso a la biodiversidad y la preservación del patrimonio natural son aspectos clave de esta iniciativa. «Nuestro objetivo es apoyar la recuperación y multiplicación de las variedades autóctonas, desarrollando un sector olivarero que revitalice territorios en riesgo de abandono». Aseguran desde la Fundación Juana de Vega. Con un enfoque en la innovación y la sostenibilidad, Galicia se posiciona como un referente en el cultivo del olivo. Apostando por la calidad y la preservación del medio ambiente.
Fuente: somosagro.com