Esas iniciativas y buenas prácticas les ha valido el reconocimiento de la ONU y ahora dan un paso al frente para cuidar los recursos hídricos.
Este nuevo proyecto se llama “Sementar en tempos de fartura” y pretende aprovechar las escorrentías evitando que se pierdan para alimentar sus manantiales.
Hablan de plantar agua como lo hacían los pueblos quechuas y aimaras en los Andes porque van a acolchar el terreno con especies que permitan nitrogenar la tierra y reconducir las lluvias favoreciendo las escorrentías subterráneas, que son las que sirven para que los manantiales tengan agua.
Se trata de un método verde y eficiente frente a la sequía que consiste en recolectar e infiltrar o sembrar el agua de la lluvia y de escorrentía en el subsuelo para poder recuperarla o cosecharla después.
El objetivo es evitar las escorrentías superficiales, que devuelven de inmediato el agua de las lluvias al mar y favoreciendo las subterráneas que almacenan grandes volúmenes de agua.
Con todas las acciones que planean realizar permitirán contar con acuíferos más abundantes y copiosos durante todo el año, a la vez que dotar a la parroquia de una despensa natural y pública para proporcionar frutas de temporada explica Xosé Antón Araúxo, presidente de los comuneros.
Los comuneros tienen en marcha otro proyecto para combatir la inflación con el que pretenden capear la crisis energética construyendo los primeros huertos solares del Miñor, con los que prevén que los vecinos se ahorren hasta un 30% en los recibos de la luz.
Fuente:lavozdegalicia.es