
Castilla y León está experimentando la peor cosecha de cereales en los últimos 40 años debido a una larga sequía. Se espera que la producción de trigo y cebada se reduzca en más del 40% en comparación con el año anterior. Aunque esto no afectará el precio de los piensos, ya que se importa la mayor parte del cereal de Ucrania y América, sí afectará la producción de paja, que se utiliza ampliamente en las explotaciones ganaderas.
Como resultado, el precio de la paja almacenada de campañas anteriores se ha duplicado en comparación con hace un año. En las últimas sesiones de la lonja de Salamanca y otros mercados, se ha observado un aumento en la cotización de la paja de cebada. Además, los costos de transporte y comisiones de intermediarios elevan el precio de la tonelada por encima de los 200 euros.
Ante esta escasez y aumento de precios, algunas granjas están considerando utilizar otros materiales, como serrín de madera o cáscara de pino, para las camas de los terneros de recría y las vacas secas. Sin embargo, estos materiales también están empezando a escasear y encarecerse debido a la creciente demanda.
La cantidad de paja utilizada en las granjas varía, pero se estima que una explotación láctea con cien vacas en ordeño puede consumir alrededor de 15 toneladas de paja al mes. Mientras que las vacas en producción solo reciben alrededor de un kilo de paja al día en su ración, las vacas en periodo de secado consumen alrededor de seis kilos diarios y las terneras la mitad. Además, se necesita una cantidad considerable de paja para la construcción de camas para el ganado de recría y las vacas antes y después del parto.
Ante la escasez, muchas granjas están utilizando su propio forraje y abonando parcelas destinadas originalmente al cultivo de maíz para obtener heno que se utilizará como alimento para el ganado.
Fuente: lavozdegalicia.es