
Aunque el calor aprieta, el trabajo no se detiene (respetando siempre las condiciones climáticas). El verano es clave para mantener el equilibrio y la belleza en nuestros espacios verdes. Aquí van las principales tareas:
En el jardín:
- Riego inteligente: en las horas más frescas (mañana o tarde), evitando el sol directo.
- Control de plagas: el calor favorece insectos y hongos. ¡Revisión regular!
- Poda de formación o limpieza: especialmente en arbustos y rosales.
- Abonado de apoyo: plantas en flor y césped agradecen un refuerzo de nutrientes.
- Corte de césped: frecuente, pero sin apurar demasiado para evitar que se queme.
- Cosecha de frutos de verano: tomates, calabacines, frutales… ¡es tiempo de disfrutar!
En el bosque o monte particular:
- Limpieza de restos y desbroce: fundamental para prevenir incendios.
- Revisión de cortafuegos y caminos forestales.
- Clareo de plantaciones y revisión del arbolado joven.
- Evita trabajos forestales en las horas más calurosas: el riesgo de fuego se multiplica.
- Comprobación de sistemas de riego o puntos de agua si los hay.
Consejo extra: Protégete del sol, hidrátate y trabaja en las primeras horas del día. Tu salud es lo primero.
El verano no solo es época de descanso… también es cuando más cuidado necesitan nuestros espacios verdes.
