
El otoño gallego marca una etapa clave en el ciclo agrícola: los cultivos cierran la temporada estival y se preparan los suelos para el invierno. La humedad, las lluvias y los cambios de temperatura hacen imprescindible aplicar los tratamientos adecuados para proteger y regenerar la tierra.
- Tratamientos preventivos contra hongos y plagas
El exceso de humedad favorece enfermedades fúngicas como el mildiu, oídio y botritis.
Recomendaciones:
- Aplicar tratamientos cúpricos (caldo bordelés, oxicloruro o hidróxido de cobre) tras la cosecha, especialmente en viñedos, frutales y hortícolas.
- Eliminar restos vegetales infectados para evitar la propagación.
- Usar azufre en polvo en zonas con alta incidencia de oídio (cuando el clima lo permita).
- Preparación y mejora del suelo
Tras la recolección, el suelo necesita recuperarse:
- Laboreo ligero o escarificado para airear y facilitar la absorción de nutrientes.
- Incorporar estiércol curado o compost para reponer materia orgánica.
- Sembrar abonos verdes que protegen el terreno y aportan nitrógeno.
- Cuidados de frutales y viñedos
- Realizar podas sanitarias y de limpieza, eliminando ramas secas o enfermas.
- Aplicar tratamientos de invierno (aceites minerales o cobre) una vez caídas las hojas.
- Revisar tutores y alambres, y reforzar estructuras antes de las lluvias fuertes.
- Siembras y nuevas plantaciones
El otoño es ideal para:
- Cereales de invierno (centeno, trigo, cebada).
- Hortalizas rústicas (coles, nabos, ajos, cebollas).
- Plantación de árboles frutales y ornamentales, aprovechando la humedad del suelo.
- Gestión del agua y del drenaje
- Revisar canales, cunetas y drenajes para evitar encharcamientos.
- Aprovechar las lluvias otoñales para recargar depósitos y planificar el riego de primavera.
El otoño en Galicia es tiempo de cuidar, limpiar y preparar. Con buenos tratamientos y manejo del suelo, garantizas una campaña más sana y productiva el año siguiente.
