
El cambio climático ya está dejando huella en los ecosistemas de Galicia, alterando los bosques, praderas y cultivos tradicionales.
Aumento de temperaturas, cambios en las lluvias y eventos extremos están modificando el equilibrio natural del paisaje gallego.
- Bosques en riesgo
- Robles, castaños y abedules, especies típicas de clima húmedo, sufren con la sequía prolongada y las olas de calor.
- Mayor vulnerabilidad a plagas e incendios forestales.
- Avance de especies más resistentes al calor como el pino y eucalipto, que alteran la biodiversidad.
- Cambios en los cultivos
- Los cultivos tradicionales (maíz, forraje, huerta) están viendo variaciones en rendimientos.
- Nuevos cultivos mediterráneos comienzan a adaptarse mejor (vid, olivo).
- Irregularidad en las lluvias afecta a los pastos y a la ganadería.
- Menos agua, más estrés
- La reducción de precipitaciones y el aumento de evapotranspiración generan estrés hídrico.
- Los ecosistemas húmedos, como turberas o carballeiras, están en retroceso.
- Pérdida de biodiversidad
- Cambios en floraciones alteran la alimentación de insectos polinizadores.
- Algunas especies autóctonas migran o disminuyen, mientras otras invasoras se expanden.
- Más incendios, menos resiliencia
- El clima cálido y seco aumenta el riesgo de grandes incendios forestales.
- La regeneración natural es más lenta, lo que reduce la diversidad vegetal.
Hacia una Galicia más resiliente
Para proteger su vegetación, Galicia necesita:
- Reforestación con especies autóctonas resistentes.
- Gestión del agua y del suelo.
- Prevención de incendios.
- Educación ambiental y políticas sostenibles.